El 1 de mayo, es feriado nacional y se celebra el “Día
Internacional de los Trabajadores”, en homenaje a todos los hombres y mujeres
que cumplen con una esencial norma de vida, con anónimo esfuerzo, en las
distintas actividades, logrando con su labor cotidiana, fortalecer el espíritu,
forjar el carácter, y sentirse digno ante la familia y la sociedad en la que se
inserta.
En la segunda mitad del Siglo XIX, con el rápido avance
industrial, creció mucho la masa trabajadora de hombres y mujeres. El gran desarrollo
del proletariado originó que se produjera el abuso de los capitales en
detrimento de los salarios obreros, lo que produjo enfrentamientos, agitaciones
y luchas entre ambos sectores.
Los trabajadores lograron agruparse en sindicatos para
defender sus derechos y lograr mejoras en su labor.
En un Congreso realizado en Chicago (Estados Unidos) se
propuso que a partir del 1 de mayo de 1886 se obligara al sector patronal
estadounidense a respetar la jornada de ocho horas, y si no, se iría a la
huelga, con mítines y concentraciones obreras.
El 1 de mayo de 1886,
los obreros unidos exclamaban: "A partir de hoy, sólo ocho horas diarias;
ni una más". Con la negativa de la patronal, los obreros, (350.000
trabajadores), organizados, paralizaron el país productivo, con más de cinco
mil huelgas.
También, el 1 de mayo
además de celebrarse a nivel mundial el Día Internacional del Trabajo, en
Argentina se celebra el Día de la Constitución Nacional.
La fecha se estableció mediante la Ley 25.863, sancionada el
4 de diciembre de 2003 y promulgada el 8 de enero de 2004. Mediante esa norma,
se declara al 1 de mayo como Día de la Constitución Nacional, en conmemoración
de su sanción el 1 de mayo de 1853 en la ciudad de Santa Fe.


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